Espere el amanecer con un ramo de flores en la mano, respirando esos instantes que merecian otra oportunidad. Pero tu ya no estabas...y el perfume de tu risa permanecia en el aire...




domingo, 11 de febrero de 2007

Parecíamos unos jóvenes inexpertos

Parecíamos unos jóvenes inexpertos, lo reconozco, pero había en aquellos días una cuota de frialdad para sentir las cosas. La muerte nos parecía algo normal, inexistente, quizás porque no sentíamos nada.
El lunes paso sin que nos diéramos cuenta, los martes nos reunimos como siempre, pero cada vez éramos menos en el grupo, como ya dije concentrados en el estupido juego no nos dábamos cuenta de nada.
Julián era uno de los mejores amigos que tenia, nos invitaba los fines de semana a pasar el día en su casa. La mejor distracción para nosotros era, sin lugar a dudas su nueva consola de juegos y su hermana, Nicole. Ella era una de las gringas mas bellas del barrio, se diferenciaba de su hermano en muchas cosas pero lo que mas nos llamaba la atención era que no se parecía en nada..a nadie de la familia. Junto a Julián aprovechábamos los veranos para arruinar los vidrios de casas abandonadas, molestar a los perros de la señora Victoria, y tirarle huevos al idiota de Malvin.
Malvin sin embargo aceptaba jugar con nosotros, aunque numerosas veces juro vengarse. Era el único hijo de una familia de españoles rubios, que solo se empecinaban en su propia familia y en su propio almacén.
Después de lo que paso ese día, esperamos a que anochezca de nuevo para acercarnos a su casa. El miedo nos atemorizo por completo la noche anterior, dudábamos de su desaparición y por supuesto que quienes dicen que la curiosidad mata al gato tiene toda la razón, entonces salimos raudos a buscarlo..al idiota de Malvin.
Llegamos a la última casa que permanecía abandonada en aquel sitio, que según el primo John, era la más antigua y que no era alquilada por miedo al derrumbe. Me acompañaban Julián y los gemelos Rossini, que con temor inaudito sostenían unas linternas de camping gigantes. Lo que paso después, será un producto de la imaginación de cuatro jóvenes inexpertos, o un trozo de realidad que nosotros vivimos y que nadie más podrá volver a contar por el resto de nuestras vidas. Ustedes sentirán que podemos inventar todo lo sucedido, nosotros sentimos que no puede inventarse algo tan horrible por deseo propio de alguien de este o de otro mundo.
De la casa emanaba un olor nauseabundo que parecía haberse conservado allí a propósito durante tantos años, una escalera llevaba a los pisos superiores y la otra, al lado, al sótano. Pensamos por un momento que Malvin podía haberse escondido allí solo para hacernos pasar un mal momento, hasta que reconocimos parte de sus ropas, su cabeza y su cuerpo colgando del techo del sotano envuelto en telarañas, y la cara sordida de Nicole, amarrandonos con sus redes haciendonos otras mas de sus presas.