Espere el amanecer con un ramo de flores en la mano, respirando esos instantes que merecian otra oportunidad. Pero tu ya no estabas...y el perfume de tu risa permanecia en el aire...




lunes, 23 de enero de 2012

El ñato sobre la vereda...a 30º C

Son dos cuadras hasta la heladería, no debe ser muy lejos. El sol quema, cocina, hierve. Ningún ser vivo soporta tanta temperatura. La sed te atormenta tanto que no podes pensar. No podes escribir, ni dibujar. Pisas el pavimento y ya estas en medio de una sartén entre dos milanesas.
Otro paso y un árbol flaco allá enfrente servirá de resguardo. Falta menos, la cumbia esta a todo volumen y es otra razón para querer morir.
Ya se te pego la remera y el poliester del numero 72 en la espalda estampado te marca como ganado. Esperas que el colectivo que viene a toda marcha sople un poco de aire con ese envión. Nada, solo alguien que escupe por la ventanilla y te cae justo, instantes después el humo negro del caño de escape. Ya te pareces mas a un esclavo africano.
Llegas al árbol seco con dos hojas de copa. De copa pensás en algo fresco pero alguien putea en la otra cuadra. Se cortó la luz y la vieja de la esquina no puede terminar de ver la novela. Descargará su furia cobrando mas caro sus bebidas en el kiosco. La heladería entra en panico, los freezers no soportaran mucho tiempo. Baja una cortina. Alguien grita en son de protesta. Soy yo...y ese grito me dió más calor. Consumí calorías en un grito de algo que no se entendió y ya no tengo fuerzas.
Un par de metros mas abrace una reja, sentí la presión del infierno, satanás y su tridente. Respiré mas aire caliente y el vapor de la basura que esta en la esquina hace tres días. Imagine a los animales en medio del campo seco y el poncho del chaqueño Palavecino. Vi un horno de panaderia con prepizzas...una pava hirviendo y una olla de caldo hirviendo.
Llegue a la heladeria, pido crema del cielo en vasito de 3.50... no hay.